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En
ciertas ocasiones donde la curiosidad se torna absolutamente insoportable y los cuestionamientos
inundan mi insignificante pensar, es inevitable que me pregunte : ¿Cómo se
formó la tierra?,¿Cómo se formaron las estrellas?,¿Cómo se crearon tantos
elementos indispensables para que la vida pueda desarrollarse
extraordinariamente en nuestro planeta?. Y haciendo más interesante la pregunta:
¿Cómo se formó la vida inteligente?, la vida capaz de pensar, razonar,
interpretar, amar, de escribir código para computadoras o simplemente la vida
capaz de tomarse un pisco sour en el Centro de Lima, disfrutar de un exquisito
cebiche norteño, o de realizar una composición poética. Es de común acuerdo
entre los más connotados científicos que somos una especie realmente
afortunada, por decir lo menos. En nuestro universo -y sobre todo en nuestro
planeta- hay variables cuyos valores debieron ser, y son, muy precisos. Este
afinamiento es fundamental para que podamos contemplar con nuestros sentidos,
la maravilla de todo lo que nos rodea.
Les comento de manera general algunas de estas variables.
Posición y tamaño de la tierra
Si tuviéramos
que abordar una nave espacial, que viaje a la velocidad de la luz, y partiéramos
desde el cinturón Kuiper –un espacio que rodea nuestro sistema planetario
solar–nos demoraríamos cerca de dos horas en llegar al sol.
Imaginemos además que cada planeta es una estación de parada
obligatoria, éstos serían paraderos muy desagradables y poco hospitalarios. Las
causas de ésta condición fluctúan entre ser planetas extremadamente fríos –como
por ejemplo Neptuno y Saturno– a planetas extremadamente calientes –como por
ejemplo Mercurio y Venus–.En éstas condiciones, ningún ser humano podría vivir.
La tierra se encuentra ubicada en una posición muy afortunada: ni muy cerca, ni
muy lejos de nuestra estrella. El tamaño también importa. En los planetas muy
grandes, como Júpiter, la fuerza de gravedad es mayor, por lo que nuestros
cuerpos no resistirían esas condiciones. En los pequeños, la fuerza de gravedad
es menor; nuestro cuerpo no necesitaría mucho esfuerzo físico para movilizarse,
por lo que nuestros huesos y músculos se atrofiarán .
Elementos Químicos fundamentales
En este recorrido imaginario, podremos notar que ningún planeta tiene Oxígeno. No
existe además, en ninguno de ellos una atmósfera con la capa de Ozono,
fundamental para nosotros. La cantidad de Hierro en la tierra–sobre todo en el
centro de la misma–, genera un campo magnético que se convierte en un manto
protector, en un escudo magnético, que
nos protege de las diversas radiaciones electromagnéticas que pululan en el
espacio, y sobre todo, de los dañinos rayos gamma.
Para que se forme la vida, es necesario el Carbono, pero éste debe estar
combinado de manera tan precisa con otros tres elementos: Hidrógeno, Oxígeno y
Nitrógeno. Dicen algunos ínclitos en el tema, que la probabilidad de que estos
elementos, que están dispersos en el universo, se junten de manera precisa y
consoliden una minúscula molécula–que podría considerarse como un diminuto
ladrillo dentro de este inmenso rasca cielo que sería tan sólo una célula–,esa
probabilidad, es menor a la probabilidad de arrojar hacia arriba un manojo de
naipes mezclados, y que al caer a tierra, logren formarse por tipo de carta
–corazones, espadas, diamantes y tréboles– y, además, ordenados del 1 al 13. En
resumen, casi imposible, pero esto ocurre y por eso tenemos materia orgánica.
Otro dato admirable es que el Carbono se produce en las estrellas, al finalizar
la vida de las mismas. El proceso de generación del Carbono, se llama proceso
Triple Alfa–es un tema fascinante que lo tocaremos en otro momento–. Sólo
quiero comentar que muchas condiciones se tienen que dar para que se genere el
Carbono. Sin el Carbono no hay vida.
Todos los elementos que forman nuestro cuerpo: Sodio ,Potasio, Hierro,
Magnesio, Calcio, Zinc en otros, se han formado en su mayoría después del Bing
Bang, bajo determinadas circunstancias sincronizadas magistralmente.
Edad del Universo y Velocidad de Expansión
La edad del Universo, unos trece mil setecientos millones( 13 700 000 000) de
años–días más , días menos– ,es la justa y necesaria para no tener un universo
muy caliente como los instantes siguientes al Big Bang, ni muy frío como será
en el epílogo del mismo. Si la velocidad de expansión del Universo en los
primeros 10 micro-segundos de vida del mismo, no hubiera tenido la precisión
del orden de los 14 números detrás del punto decimal, tampoco contemplaríamos
nuestro planeta.
Según esto, si la velocidad hubiera sido menor–por ejemplo, si el número
después del punto decimal hubiera sido .12345678912345, en vez de .12345678912346– la fuerza de gravedad habría impedido que se expanda la
materia, y por ende, todo se hubiera concentrado en un sólo punto. Por el
contrario, si hubiera sido mayor–por ejemplo, si el número después del punto
decimal hubiera sido .12345678912345, en vez de . 12345678912344–, no
existirían concentraciones de materia como las galaxias, nebulosas, materia
oscura, planetas, satélites, y un larguísimo etcétera.
Singularidades a Nivel Atómico
A las propiedades de carácter astronómico descritas anteriormente, debemos
agregar las propiedades de carácter atómico o sub-atómico, que han salido a la
palestra, luego de la revolución cuántica. Aquí algunas de ellas:
Si la masa del electrón fuera superior en sólo dos por ciento (2%) a la
actual, éste decaería en el núcleo atómico, y definitivamente la materia sería
distinta a la que conocemos, o simplemente no existiría.
Si la fuerza que une a los elementos sub-atómicos, neutrones y protones –la
fuerza electronuclear fuerte- sería menos intensa, provocaría que los átomos
sean inestables y no puedan agruparse en moléculas, y en consecuencia que no se
forme la materia.
Sobre nuestra tierra
Mi hijo Abel David, es un fanático del mango. En realidad, a todos mis
hijos los hemos acostumbrado a comer mucha fruta. En el iterín de pelar el
mango y dárselo a Abelito, Víctor Daniel (08) ,mi hijo mayor, me dice:
–Papá, la tierra es buena con nosotros.
–¿Por qué dices
eso?. Le pregunte.
–Porque de ella salen las frutas ,las verduras y las plantitas para los peces. Me
respondió.
Efectivamente, todo lo que necesitamos, está en la naturaleza, es algo
extraordinario, estos alimentos crecen en la tierra misma, y de alguna manera, cualquier alimento que consumimos, tiene su origen prístino bajo nuestros
zapatos. Sin estos alimentos no podríamos vivir. Imaginemos que no exista: la
papa, la yuca, el arroz, el zapallo, la col, la calabaza, el trigo, el maíz, la
zanahoria, la quinua, la kiwicha, todas las frutas, las hierbas del campo – para
los animales– ,o las plantas en los océanos–para los peces–; definitivamente no
existiríamos como especie dentro de la cadena alimenticia. Todas estas
condiciones se dan sólo en nuestro planeta, al menos por ahora.
La Luz
Imaginemos que de un momento a otro, nuestra estrella, el sol, desaparece.
Nosotros nos daríamos cuenta de tal aciago acontecimiento, ocho (08) minutos
después. Recordemos que la luz viaja a tres cientos mil (300 000 ) km/s, y
nuestra distancia promedio al sol es de ciento cincuenta millones (150 000 000)
de km. ¿Qué pasaría con nosotros?.
En principio, las plantas no realizarían el proceso de fotosíntesis,
originando su muerte inmediata. Sin plantas , la vida del ser humano es
inviable, no habría Oxígeno, ni fuente de alimentación primaria. En nuestros
cuerpos no se podrían sintetizar algunas vitaminas, como ejemplo la D y la E,
generando el deterioro de nuestra piel y huesos .Asimismo, nuestro
comportamiento sería iracundo, ya que no se produciría la Serotonina,
neurotransmisor fundamental para el estado de ánimo. El funcionamiento de
nuestro reloj biológico se alteraría. Las centrales de generación eléctrica
funcionarían a su máxima capacidad todo el día, originando una gran devastación
ambiental.Nuestros ojos perderían su capacitad visual, y en un determinado
tiempo, la oscuridad sería nuestra compañera. Pero gracias a Dios, tenemos Sol
para unos cuantos miles de millones de años más. No creo que tendremos las
ínfulas ni la vanidad, para pensar que viviremos hasta ese tiempo.
En resumen, este conjunto de atributos propios de nuestro universo –quizás
existan otros–, que aparentemente están finamente diseñados para que nosotros los humanos podamos existir y poder preguntarnos ¿de dónde vinimos? se
denominan el PRINCIPIO ANTROPICO. El brillante científico inglés -físico
teórico- Stephen Hawking, infería lo siguiente: “El universo es como es, porque
si fuera diferente no estuviéramos aquí.”
Podríamos continuar con una serie de expresiones resumidas en "lo que
podría haber sido y no fue" cósmico o cuántico. El físico y astrónomo
creyente Hugh Ross por ejemplo, enumera más de una veintena de parámetros que
requieren un "ajuste fino" de su valor con la finalidad de que
nuestro universo sea lo suficientemente "hospitalario" con la vida y
para los humanos.
Según esto, ¿podemos pensar que lo que existe, y sobre todo la vida, es una ilarante
casualidad? . Es como creer que las notas musicales se juntaron por casualidad,
y solitas ellas, a su libre albedrío, crearon la Novena Sinfonía. Lo dejo a
reflexión.