domingo, 24 de diciembre de 2017

UNA ROSA EN EL CIELO




Recuerdo un día de noviembre del 2015, suena mi celular, y la persona que llamaba tenía como contacto  Jefa-Ing Pinelo. Recuerdo que estaba en una reunión. 
Me sorprendió la llamada, pero también me pregunté: ¿qué será? Salí de la sala un momento, y esperé la segunda timbrada. Efectivamente, así fue.  La ingeniera Rosa Amelia Pinelo Chumbe, me volvió a llamar y me dijo:

-          Zico, me acaban de llamar de SERVIR.  Me han pedido referencias tuyas. Bueno, les he dicho la verdad.” (SIC).

La ingeniera Pinelo fue mi jefa directa cuando yo trabajé, por muy corto tiempo, en un importante ministerio, de noviembre del 2011 a febrero del 2012. Era la Jefa de la Oficina de Administración y yo el jefe encargado del área de tecnología. En realidad había conocido a la ingeniera Pinelo en el año 2001 en otra entidad del Estado, aunque en ese momento no coordinamos casi ningún tema.

Siendo mi jefa la ingeniero Pinelo, sentí un afecto y admiración. Veía la forma como trataba a sus colaboradores directos e indirectos, y en las reuniones siempre se expresaba con un tono de voz que impregnaba tranquilidad y serenidad en los oyentes, sin dejar de ser altamente efectiva en su comunicación. Una sonrisa desbordante adornaba a este ser extraordinario. Su faz, angelical, inspiraba a los rostros que la apreciaban. En las múltiples coordinaciones que hacíamos,  me decía que esté tranquilo, “haz lo que puedas, sé que hay poco personal, estamos haciendo lo imposible por ayudar a tu oficina”. Era un tiempo en que las horas de trabajo, normalmente se extendían hasta pasadas las 09:30 p.m.

En este tiempo, en las oportunidades que había yo le explicaba la “visión” desde el punto de vista tecnológico que tenía sobre el sector y lo que podíamos implementar siendo, como entidad, el Ente Rector. Mientras yo explicaba (todo atarantado, como siempre) ella me miraba, se alegraba, yo sentía esa mirada de líder que me daba más ánimos para seguir describiendo esta hermosa ilusión.

Lamentablemente nunca pudimos exponerla a la instancia superior, ella me decía que “los de arriba están pensando en otra cosa”, por decir lo menos. La parte operativa nos ganaba y siempre los de arriba pedían cosas urgentes que eran realmente triviales, y que ella estaba analizando otras posibilidades.

Antes de presentar mi renuncia (porque había conseguido un trabajo en otro ministerio) hablé con ella, me fui a despedir y a explicarle las razones de esta decisión. “No te preocupes, te entiendo. En este corto tiempo hemos trabajado bien, hemos hecho lo que está en nuestra manos. También, muy pronto dejaré esta gran Entidad. He aprendido mucho; conceptos como por ejemplo: cosecha de agua, esto es muy especializado” (SIC).

 ¡Que te vaya bien, te lo mereces! Me dijo y me dio un fuerte abrazo.

Hasta antes de la última  llamada, solo había interactuado dos veces con ella, mediante correo electrónico,  algunos comentarios que ella ponía en mis posts de una red social, le mandaba saludos por su cumpleaños y ella también por el mío.  Por ejemplo ella me envió este último 22 de julio este mensaje:

Feliz cumpleaños Zico!!! Que El Señor te siga bendiciendo con salud, el amor de tu familia así como esa gran inteligencia y bondad que tienes! Un gran abrazo.

Me alegraba leer sus saludos. Aunque siempre, por estas fechas, en Navidad, le escribía un correo electrónico saludándola.

Volviendo al comentario de la llamada, en octubre del 2015 me presenté, sin querer,  a un concurso de selección para el cuerpo de Gerentes Públicos de SERVIR.  Fue una sugerencia/indicación de un ex jefe y amigo mío (las anécdotas sobre ese concurso ameritan un artículo completo).  Los amigos de SERVIR llaman a las personas que uno brinda como referencia y que deben ser tus jefes directos. Sinceramente yo no sabía exactamente a que se estaba refiriendo mi ex jefa cuando decía: “…Bueno, les he dicho la verdad” .  Entonces le dije : ¿ingeniera Pinelo, que cosa les dijo?

Les he dicho que  eres poeta, creativo, muy buena gente, además de muy responsable. Mentira, no te preocupes, haz sacado veinte de nota. Les he dicho que trabajaste conmigo y que te fuiste por mejora profesional. (SIC)

La Ingeniero Pinelo formó parte de la primera promoción del cuerpo de Gerentes Públicos y sabía de estos temas. Sobre lo de poeta, creativo, muy buena gente y responsable creo que estaba exagerando.

El 10 de Enero del 2016, recibo un correo electrónico de ella que decía:

Mil felicitaciones Zico!!!! Que todo vaya bien, te lo mereces.”

Adjuntaba unas resoluciones donde salían los ganadores de ese bendito concurso.  Yo, ni enterado.  Pero me alegre profundamente recibir su correo.


Hace poco, menos de dos meses, mientras desplazaba mis dedos sobre la pantalla de mi celular, vi en su cuenta de Facebook, una foto de ella con su risa desbordante y sus grandes anteojos, me emocioné al verla, estaba con sus hijos y con el cabello corto.  Pero cuando mis ojos leyeron minuciosamente cada línea que acompañaba esa fotografía, no pude evitar derramar lágrimas, lágrimas en medio de toda la gente que viaja en el Metropolitano. Me miraban, se extrañaban.  La nota decía:

Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. (Juan 11: 25-26)
Queridos amigos,
Nuestra mamita Rosita ya descansa con nuestro Padre Dios.
Los que quedamos aquí queremos recordarla y que la recuerden con la gran sonrisa que la caracteriza.
Los invitamos a acompañarnos en este momento y consolarnos en la seguridad de que ella partió a un lugar mejor.
Te amamos siempre mamita bella!
Tus pollitos David, MaTeresa y Carmen
Velatorio San Antonio de Padua - Sala Guadalupe
Av. San Felipe 571, Jesus Maria
Jueves 09/11 desde las 4pm a 10pm
”.


Yo decía ¿qué pasó? ¿Por qué? Me contacté con algunos amigos de la entidad donde trabajamos y me dijeron que ella estaba malita desde hace buen tiempo. “¡No puede ser, ella me mandó un mensaje hace poco… como imaginar que estaba mal!”.  Realmente, sentí su partida como colaborador de ella y se que varios lo sintieron al igual que yo.

Por cosas del destino no pude asistir al velorio, pero quise desde ese momento quise escribir algo sencillo pero profundo, al menos para mí,  porque siempre recordaré a la ingeniera Pinelo como una persona con una calidad humana extraordinaria, tan humana, tan sencilla, tan noble, tan honesta, tan alegre... tan Rosita. 

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