jueves, 7 de agosto de 2014

ANALIZANDO EL PROBLEMA DEL FUTBOL PERUANO


Hace poco días terminó el mundial de fútbol Brasil 2014, donde todos sabemos se coronó campeón la poderosa escuadra alemana liderada por  Joachim Löw, su humilde y efectivo director técnico. Para ser sinceros, desde las eliminatorias para el mundial de Francia 98, exactamente desde que Perú perdió 4 a 0 ante la selección chilena  en Santiago, el entusiasmo por el fútbol ha ido decayendo considerablemente en mí. Esto debido a la cuita inmensa, al dolor profundo, al sabor  amargo que me dejó tan terrible derrota, ya que sólo necesitábamos un empate, un minúsculo empate, y estábamos clasificados al mundial, después de más dieciséis (16) años en ese entonces.

Los siguientes encuentros oficiales  de nuestra blanquirroja, eran más de lo mismo, se empezaba bien y poco a poco, en el fragor de las justas eliminatorias, se evidenciaba nuestra triste realidad. Los medios de comunicación hacían lo imposible por  seguir en este negocio tan lucrativo que es la selección peruana de fútbol y todo lo que el fútbol es capaz de mover y generar, económicamente hablando; e inclusive para seguir atormentándonos o en su defecto, haciéndonos creer que estamos en el país de las maravillas del fútbol, se presentaban brujos, chamanes, pitonisos, adivinos donde luego de sus ademanes aseguraban que el Perú era ganador antes de cada partido; hasta las mentes gemelas aseguraron en el año 1998 que el Perú clasificaba  al mundial Korea Japón 2002 y, como vemos, ante la cruda realidad, creer esto, resulta la estulticia más grande;aunque a algunos nos gusta sentirnos estúpidos, sólo por la mera ilusión de ver a once peruanos jugar en un mundial de fútbol.

 

Todos sabemos que no vamos a un mundial desde España 82, es decir aproximadamente treinta y dos (32) años, varias generaciones de peruanos no han visto una selección peruana de fútbol  en un mundial; son muchos años, pero nadie entiende cual es el problema de fondo. A diferencia de los comentarios sazonados por  la inercia propia de la cólera y la desazón, emitidos por los disque eruditos en el fútbol, representados normalmente por los comentaristas de la prensa escrita y televisiva, incluyendo algunos ex seleccionados peruanos, puedo expresar mi punto de vista con algunos factores determinantes en el  momento de la acción, en el momento de ganar los partidos, porque para clasificar se necesita ganar cada partido, y para eso se tiene que estar preparado.

 

Desde mi nimio entender en este deporte, describo algunos factores que pueden ser los causantes de esta penosa realidad:

 

1)  Falta de Responsabilidad y escasa estructura moral de nuestros jugadores

 Quién no recuerda las salidas nocturnas de algunos jugadores o, los culebrones en hoteles conocidos que tanta prensa dieron. En definitiva estoy convencido de la precaria responsabilidad de nuestros jugadores, esto aunado  a que la mayoría de nuestros jugadores proviene de una atmósfera social que dista mucho de un lugar donde se imparte los diez principios básicos del desarrollo o decálogo del desarrollo (Orden, Puntualidad, Limpieza, Honradez, Responsabilidad, Amor por el Trabajo, Deseo de Superación, Respeto a la Ley y los Reglamentos, Respeto a los derechos de los Demás, Afán por el Ahorro y la inversión). ¿Cómo entender a alguien que tiene un compromiso oficial de fútbol y se escapa de la concentración para ir a divertirse? o ¿Cómo es posible que habiendo reglas claras donde se prohíbe el ingreso de damas a las habitaciones de la concentración,  algunos de estos zopencos hagan exactamente lo contrario? Para muestra un botón. Estos jugadores son el reflejo de esta sociedad o, de al menos de la mayoría de los integrantes de esta; son los engendros  de la realidad en la que vivimos y de la que normalmente nos escandalizamos. Pienso que inculcando inicialmente la Responsabilidad y el Amor al trabajo arduo, cambiaremos  todos, y en esa bolsa se incluye de yapa, a los jugadores de Fútbol. Sino, imaginemos por un momento como es un día de un jugador de la selección alemana, es el vivo reflejo de su sociedad.

Aquí tenemos mucho que trabajar, si pudiéramos medir a través de un indicador la responsabilidad de los seleccionados peruanos,  podemos estimar que estamos en un nivel promedio de 3 de un total de 10.

  

2)   Carencia de jugadores de calidad

 

 Después de la extraordinaria generación de jugadores de la década de los Setenta, no hemos tenido un grupo humano con la exquisita calidad de aquellos exiguos futbolistas. Salvo la aparición esporádica de algunos dotados por la divinidad, de aquel talento que nos hace admirar el fútbol. Particularmente el último genio del fútbol peruano que recuerdo, es el  Poeta de la Zurda, César Cueto. Sencillamente fantástico. Pero ¿Qué estamos haciendo para que aparezcan jugadores  de calidad y cada año? ¿Qué hace la Federación Peruana de Fútbol? ¿Qué hace la Asociación de Fútbol? ¿Qué hace el gobierno central? ¿Los gobiernos regionales o locales? ¿Qué hace la Sociedad Civil? ¿Qué hacen las empresas privadas? ¿Qué hacemos los ciudadanos de pie? Acá nos gusta el fútbol, pero no respiramos fútbol, como los argentinos, los brasileños, alemanes o ingleses.  Sin desmedro a lo comentado, en el Perú salen jugadores con un talento innato. Sobre todo en  zonas donde los niños tienen la libertad de jugar libremente. Uno de esos lugares es el Callao. He tenido la oportunidad de vivir en una de las zonas más futboleras del Callao, Chacaritas.  A veces peloteaba con los muchachos y realmente era impresionante verlos jugar. Todos eran unos maestros con la pelota y jugaban sincronizadamente,  fuera de la facha o los tatuajes, estos jóvenes tenía un talento innato con la pelota, y realmente estaba convencido que estos muchachos podrían ser  buenos jugadores de fútbol, pero la desidia, la falta de oportunidad impedía este gran salto.

 

Deberíamos quizás trazarnos la meta de conseguir o formar jugadores de calidad, con técnica y talento demostrable y que empiecen a jugar al fútbol desde muy temprana edad. Para eso, la escuela cumple un rol importantísimo, los gobiernos locales también. Campeonatos en  los colegios, posteriormente a nivel distrital, luego provincial y departamental auspiciados por la empresa privada, con metas claras con indicadores de gestión para ver el avance, sería una buena opción. La contratación de personas que sepan de fútbol tanto futbolistas como entrenadores, comprometidos en este gran sueño.  Cuando Nicolás Delfino o Burga (no recuerdo bien) inauguraron la Villa Deportiva Nacional ( VIDENA) fue un logro importante para el fútbol nacional  ¡ Eso dijeron!  Y la idea principal era la preparación y formación de futbolistas de calidad. Como decía mi abuela, la Práctica hace al maestro, necesitamos niños que practiquen el fútbol más tiempo, que existan la infraestructura adecuada, canchas de fútbol, y no solamente lozas deportivas; necesitamos un liderazgo organizacional orientado a mejorar la calidad del futbolista peruano. Una estructura nacional, que la FPD inicie este arduo trabajo con miras a unos 10 a 20 años.  

 

3)      Baja Autoestima del Jugador

 

Cada vez que veo a una selección peruana de fútbol jugar de visitante, sobre todo con los argentinos, los chilenos, los uruguayos, los paraguayos y brasileños; puedo percibir el miedo, temor, terror que sienten estos peruanos.  Pasó en Chile cuando mientras cantaban nuestras sagradas notas del himno nacional, nuestros jugadores emanaban un miedo sepulcral.  Quiero volver  a ver a mi selección con esa clase de los grandes, con esa clase por  ejemplo, de Velásquez, Cueto, Uribe, Malasquez entre otros.Iban a cualquier estadio, de cualquier país y siempre mostraban ese porte, ese garbo, esa picardía al jugar, sin temor al rival; por ejemplo cuando eliminamos a la  Argentina  en la misma Bombonera para el mundial de México 70 al empatar dos a dos; o  cuando Argentina nos empató casi en las postrimerías del partido para el Mundial México 1986, fuimos testigos de esa irreverencia de Cueto o del Patrulla Barbadillo. A pesar de haber empatado y quedar eliminados, me dio gusto ver a la selección con esa presencia en la cancha.

¿Pero qué pasa ahora?  ¿Qué pasa en las mentes de los jugadores peruanos cuando se enfrenta con todas las selecciones, sobre todo de visitante? 

Quizá la respuesta pasa por una falta de autoestima y la percepción de un nivel inferior con respecto al rival, y esto se traduce en miedo, desconcentración y nerviosismo al jugar. La realidad es que salvo escasas excepciones, nuestros jugadores provienen de hogares disfuncionales,  con padres separados, incapaces de formar al niño con amor y ser el soporte emocional del pequeño; se crece así, temeroso ante la incertidumbre y ante algo o alguien aparentemente más fuerte o más poderoso. Fuera de las canchas pasa también algo parecido: ¿Cómo explicar que la foquita salga a ventilar sus relojes de 5 mil dólares, o su casaca de cuero de 15 mil dólares? ¿Qué quiere demostrar con eso?.

 Un cambio mental es imprescindible, un cambio donde se inculque que somos herederos de una tierra formidable, de una cultura de poderosos Incas que dominó a muchas culturas; que el Incanato abarcaba Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina; y que somos portadores de esa fortaleza y esa entereza. Debemos creernos que somos capaces de lograr lo impensado, que con trabajo y talento podemos realizar partidos extraordinarios; y que no importa con quien nos enfrentemos, siempre mantendremos la tranquilidad, serenidad, picardía y talento en el jugar. Los expertos deben trabajar en las mentes de los seleccionados.

 

 4)   Desidia del Cuerpo Técnico

 

Es hora de que la Selección peruana vuelva a tener un cuerpo técnico que trabaje realmente con un esquema planificado en todo su accionar. Que sea férreo en sus convicciones y que sea inflexible con la indisciplina. Ninguno de los  últimos entrenadores extranjeros que hemos tenido por ejemplo: José Masías Pepe, Popovic, Paulo Autuori, Maturana y el Mago Markarían, han demostrado una firmeza y una agudeza mental con la idiosincrasia del futbolista peruano. Se debe prevenir el accionar erróneo para no lamentarse luego. El estilo de Bielsa por ejemplo sería excelente; o el de Pinto, con gran performance en el último mundial. No necesitamos un entrenador amigo del jugador, necesitamos que el entrenador sea un  jefe  que tenga colaboradores fidelizados, y eso se trabaja con perseverancia y firmeza. Además con un plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo; con acciones concretas de  monitoreo y seguimiento. Adicionalmente este plan debe propagarse para las categorías menores.

 

5)   Prensa irresponsable

 

Quizá el factor más dañino para nuestros jugadores de fútbol, es la prensa peruana. Esta prensa que no escatima esfuerzos por ensalzar sin ton ni son, a aquellos zagales que se inician en el fútbol. Los suben tan rápido a la cima de la popularidad y la fama, que estos pequeños mentales, se dejan zarandear y mecer, creyendo que la felicidad es la fama o el ser reconocido en la calle; pero no importa. La idea es vender más ejemplares, la venta es la venta, que vengan las ganancias, todo esto es un negocio. Además se aprovecha inteligentemente las ansías que tiene esta sociedad melodramática de tener ídolos, aunque estos sean de barro, o simplemente de papel, de papel de periódico.

Los medios de comunicación escrito, radial y  televisivo en contubernio se unen para malograr a estos jugadores. Para muestras un botón : Rei Manco; veía una avalancha de portadas ¡Viva el Rei!  ¡ O Rei Del Mundo! ¡ El Rei Manco! Cuando este señor aun no había ganado absolutamente nada y a la luz de lo visto, parece que no ganará nunca nada, pena por el Perú y por  supuesto por él. ¿Recuerdan a Waldir? ¿A los nuevos Potrillos? ¿ Recuerdan a los cuatro fantásticos?  ¿ Qué ganaron?. Es realmente la muestra más clara de la estupides de la prensa barata, de la prensa chicha y de la no tan chicha. En Psicología Social a esto se llama Dale a la gente lo que le gusta  ;y la prensa sin escrúpulos crea toda estos reinos imaginarios.

La prensa debe ser más discreta, debe ser cauta y desde luego debe reconocer su rol preponderante en la sociedad peruana, y si toma conciencia de esta situación  podría ayudarnos muchísimo.

     

6)      Incapacidad dirigencial

 

Puedo asegurar que cuando hablamos de Manuel Burga, todos nos podemos de acuerdo. Podemos decir que este señor es un incapaz por todos los fracasos en su gestión. En realidad todo ha sido fracaso tras fracaso, porque no hemos ganado nada, absolutamente nada; salvo este honroso tercer lugar en la última copa América de Argentina, que nos dio una gran ilusión. Pero si la gestión de Burga es un desastre ¿ Por qué continua como el máximo representante de la Federación Peruana de Fútbol?. La respuesta es simple. Por la incapacidad brutal de todos los jefes de las federaciones departamentales cuyas conciencias son alquiladas por unas cuantas monedas, viajes u otras gollerías que son pagadas por el mandamás. Debería existir una escuela para dirigentes, que contribuya a formar líderes capaces de  hacer florecer nuestro fútbol. Líderes con las hagallas suficientes para hacer respetar una actuación de la selección peruana y que no nos coloquen árbitros con determinado favoritismo.  Necesitamos dirigentes que suden también la camiseta y no se vean envueltos por el glamour que otorga gratuitamente el fútbol, eso se lo dejamos a Cristiano Ronaldo o David Beckham. Todo esto será posible con una clase dirigencial honesta y trabajadora, que quiera transcender y no llevarse el dinero en balde. Esperemos que nuevos aires visiten a la FPF, aires que aromaticen lo que allí se está pudriendo, porque sino  este hedor llegará a todos los rincones de país, incluso a aquellos hermanos que no saben que es el fútbol.

  

Estas son algunas causas de la paupérrima situación de nuestra selección peruana de fútbol y que todos sospechamos. Pero obviamente,   quizá el trasfondo de esta realidad, tiñe un manto de misterio en la que intervienen más actores. Lo que si dejo en evidencia, es  que después de sentirme tan mal luego de la eliminación en Francia 98, me dije a mi mismo, ¡Nunca más me entusiasmaré con una selección peruana! ¡ Nunca más apreciaré un partido de fútbol de la bicolor con mis amigos! ¡Nunca más gritaré: Gooool Carajo!  ¡Nunca más me sentiré mal!  Sin embargo en el frenesí de cada  partido y en el epílogo de cada justa eliminatoria,  un impulso desbordante se apodera de mi ser, y vuelvo a decir al unísono: ¡Jugamos como nunca y Perdimos como Siempre, malos de mier…coles.!

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