
Pude ver un informe del Programa Redes, acerca del Stress y
realmente fue un informe muy bien elaborado, donde pude conocer más sobre esta
enfermedad. Quiero compartir está información con ustedes.
Imaginemos por un momento que
estamos en los inicios de la humanidad, hace aproximadamente unos veinte mil (20
000) años. Formamos parte de aquellos primeros humanos que andaban errantes en
busca de alimento. Estamos en una de las vastas praderas africanas, cuando de
repente aparece un León y tiene los signos externos de estar muy hambriento.
Nuestro cerebro—que es una extraordinaria fuente de químicos— se pone en
alerta. Si, en estado de Alerta. Se dispone a enfrentar al León o, en su defecto,
salir corriendo a gran velocidad. Tan
sólo en milisegundos nuestro cerebro ordena que nuestro cuerpo tome posición
ante el inminente ataque. En primer lugar, nuestro cerebro a través de las neuronas, manda una señal al Hipotálamo
para que se comunique con la glándula Pituitaria.
La glándula Pituitaria genera una hormona llamada Corticotropina. Esta hormona
viajará por todo el sistema nervioso parasimpático avisando del peligro. Segundo,
una vez que la glándula Suprarenal
recibe el mensaje de auxilio, genera dos hormonas en el torrente sanguíneo: La
Adrenalina y el Cortisol. Luego se une
la Noradrenalina. Estas hormonas son las
responsables de todo este estado especial.
La Adrenalina aumenta la frecuencia cardiaca y
respiratoria; la Noradrenalina genera que nuestros sentidos se agudicen,
nuestras pupilas se dilatan y nuestros músculos se ponen rígidos y tensos. Es
decir estamos listos para el ataque o huir.
El Cortisol tiene un efecto con más
aristas. Lo que hace es aumentar la cantidad de glucosa en el cuerpo—se sobre
entiende que vamos a necesitar una mayor cantidad de energía—; también promueve
la liberación de Dopamina. La Dopamina es la hormona del placer, se segrega también después de las relaciones
sexuales. Esta hormona es la responsable del grado de satisfacción que tenemos
cuando cumplimos una meta o superamos un reto.
En definitiva, nuestro cuerpo se
ha convertido en solo segundos en un cóctel químico, que nos prepara para el
ataque. Este sistema, es decir, la forma de su funcionamiento nos ha permitido salir
airosos de los ataques de leones o de otras bestias. Fuimos diseñados para
responder ante una eventualidad, ante un peligro. Este estado se conoce como
Stress Estacional y, como vemos es muy positivo para nosotros.
Pero ¿Qué pasa cuando todo este
conjunto de hormonas se segregan constantemente en nuestro organismo? ¿Acaso
estamos viviendo en el tiempo de las cavernas? Pues bien, al parecer la vida
actual conlleva al estado de alerta constante. La presión en el trabajo, el tráfico
vehicular, las deudas por tarjetas de créditos, los estudios, las frustraciones
entre otros agentes, generan en nuestro cuerpo un estado de alerta casi
perenne. Esto quiere decir que el Cortisol estará en nuestro cuerpo por tiempos
prolongados, generando mayor glucosa en sangre—riesgo de diabetes—, muerte de
las neuronas responsables de la memoria, escases de la Dopamina y Serotonina—generando
depresión y apatía—; músculos atrofiados por la tensión prolongada etcétera.
Este estado se conoce como Stress Crónico y, como vemos es el perjudicial para
la Salud.
Déjeme decirle que algunas características
de los síntomas yo los tengo y, quizá usted también; asi que hago una
recomendación: Vivir el ahora, tan simple como sea posible. Ayudar a las
personas, dejarse abandonar por el amor de verdad, sin coacciones y,
acercarse al Dios eterno, es decir
practicar una vida espiritual. Entender que las penas del pasado y las
preocupaciones del futuro, impiden que vivamos el ahora de manera libre y
tranquila; sinceramente si llegamos hacer esto,
habremos superado un umbral muy importante para nuestra salud y nuestras
vidas.